Un vaso de agua tibia con limón en ayunas pone en marcha el organismo de manera suave y natural.
Esto es lo que aporta:
Activa la digestión.
Después del sueño, el cuerpo necesita líquidos; el agua con limón ayuda a “despertar” el estómago y prepararlo para el desayuno.
Purifica el organismo.
Apoya el funcionamiento del hígado y favorece la eliminación de toxinas y del exceso de sal.
Refuerza la inmunidad.
El limón es una fuente de vitamina C, que fortalece las defensas del organismo.
Mejora el estado de la piel.
El consumo regular contribuye a una piel más limpia y fresca gracias a su efecto depurativo natural.
Consejo:
beba el agua tibia (no caliente) y espere entre quince y veinte minutos antes del desayuno.
Este pequeño ritual matutino le ayudará a empezar el día con ligereza, energía y bienestar.